A las 29 semanas de embarazo, el feto ya está muy desarrollado: los sentidos están muy activos, el niño ya sabe ponerse cómodo y ha aprendido a moverse. A partir de la semana 29, empezará a darse la vuelta para reposar hacia abajo, apoyado en el cuello de tu útero. Sus idas y venidas harán que te dé más de una patadita en las costillas. Lo notarás.
Pesará alrededor de 1 kilo con 400 gramos y ya alcanza los 42 centímetros. Los músculos y pulmones siguen desarrollándose a un ritmo muy rápido y la cabecita está creciendo para acomodar el cerebro, que cada día está más grande. Como está creciendo tanto, ahora es cuando más nutrición necesita.
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